El prestigioso neurocientífico y psiquiatra de Harvard, Srini Pillay, ha compartido en una entrevista para CNBC cómo la música puede ser una herramienta poderosa para mejorar la concentración, reducir el estrés y aumentar la felicidad acorde al estudio que realizó. Según sus declaraciones, esta no es solo entretenimiento, sino que tiene un impacto profundo en el cerebro y el bienestar emocional.
¿Cómo afecta la música a nuestro cerebro?
Según la neurociencia la música activa diversas áreas cerebrales, especialmente aquellas relacionadas con el movimiento, las emociones y la memoria. Esto explica por qué escuchar canciones familiares no solo evoca recuerdos, sino que también mejora la capacidad de concentración. Según Pillay:
- Canciones conocidas: Las canciones que ya disfrutamos y conocemos son particularmente efectivas, ya que activan redes neuronales asociadas con el placer y la anticipación.
- Movimiento físico: Los ritmos musicales estimulan áreas del cerebro responsables del movimiento, ayudando a sincronizar mente y cuerpo.
Una herramienta para la concentración y el manejo del estrés
El experto destaca que tener música de fondo puede ser beneficioso incluso para personas con problemas de atención o TDAH. Además, recomienda utilizar listas de reproducción personalizadas según las emociones:
- Para el estrés: Canciones relajantes o familiares que conecten con emociones positivas.
- Para la ira: Ritmos más intensos, como «Smells Like Teen Spirit» de Nirvana, puede ser catártica.
- Para el enfoque: Sonidos familiares que nos mantengan presentes y comprometidos.
Beneficios comprobados por la ciencia
Diversos estudios han confirmado que los ritmos musicales:
- Aumentan la actividad cerebral, especialmente en áreas relacionadas con el aprendizaje y la memoria.
- Promueven la recuperación neurológica en pacientes con lesiones cerebrales.
- Ayudan a manejar emociones, como el estrés o la tristeza, proporcionando una herramienta de autoayuda efectiva.
Pillay asegura que elegir conscientemente qué música escuchar según nuestro estado emocional puede ser una herramienta poderosa para mejorar nuestro bienestar. Las canciones no solo conectan con recuerdos y emociones, sino que también influyen directamente en nuestra actividad cerebral, ayudándonos a encontrar un equilibrio entre mente y cuerpo.
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