Louis-Sebastien Lenormand

Un día como hoy: Louis-Sébastien Lenormand revolucionó con el primer salto en paracaídas documentado

El mundo de los inventos está lleno de nombres, como es el caso de Louis-Sébastien Lenormand, el hombre que, en 1783, realizó el primer salto documentado en paracaídas con un diseño propio.

Lenormand, nacido en 1757 en Montpellier, Francia, provenía de una familia humilde, era hijo de un relojero y desarrolló desde joven un interés por la ciencia, estudiando física y química en París bajo la tutela de figuras como Antoine Lavoisier.

Sin embargo, su verdadera pasión fue conquistar los cielos, un sueño compartido por muchos durante el siglo XVIII, marcado por los avances en la aerostación.

Louis-Sebastien Lenormand
Créditos a La Brújula Verde

Descubrimientos que inspiraron a Louis-Sébastien Lenormand

El siglo XVIII fue una época de grandes avances técnicos. Solo unos meses antes del salto de Lenormand, en junio de 1783, los hermanos Montgolfier habían asombrado al mundo con el primer vuelo público de un globo aerostático.

Inspirado por esta hazaña, Lenormand dirigió sus esfuerzos al desarrollo de un dispositivo que permitiera descender de manera segura desde grandes alturas, una herramienta que podría salvar vidas en emergencias como incendios.

Referencias históricas sugieren que ya en la antigua China, durante la dinastía Han, se emplearon técnicas rudimentarias similares al paracaidísmo.

En el Renacimiento, Leonardo da Vinci esbozó un diseño pionero en su Codex Atlanticus, mientras que Fausto Venanzio lo perfeccionó con su «Homo Volans». No obstante, Lenormand fue el primero en probarlo personalmente, marcando un hito en la historia de la aviación.

El primer salto documentado de Louis-Sébastien Lenormand

El 26 de diciembre de 1783, ante una multitud reunida en Montpellier, Lenormand realizó su salto histórico desde la torre del observatorio de la ciudad.

Utilizó un paracaídas de gran tamaño, inspirado en una sombrilla, con un dosel de más de cuatro metros de diámetro, donde su diseño era sencillo pero efectivo, o sea, un mango central, varillas de soporte y una tela que reducía la velocidad de caída al generar resistencia al aire.

Aunque anteriormente había probado su invento con animales y pequeñas alturas, esta vez fue su propio cuerpo el que puso en juego y afortunadamente el resultado fue un éxito rotundo, demostrando la viabilidad del paracaídas como herramienta de supervivencia, además Lenormand acuñó el término “parachute”, combinando el prefijo latino para (parar) y el francés chute (caída).

Louis-Sebastien Lenormand
Créditos a La Brújula Verde

Legado y evolución del salto de Louis-Sébastien Lenormand

El diseño de Lenormand no fue el último paso en la evolución del paracaídas ya que, en 1797, su compatriota André-Jacques Garnerin introdujo un diseño sin armazón, utilizando seda en lugar de lino, lo que lo hacía más ligero y práctico.

Garnerin incluso saltó desde globos aerostáticos, consolidando el paracaídas como una herramienta clave en la aviación.

Por su parte, Lenormand continuó su vida entre la ciencia y la enseñanza. Pasó por episodios complejos durante la Revolución Francesa, trabajando como profesor y publicando numerosos artículos científicos.

Su mayor obra, la enciclopedia tecnológica Le Dictionnaire technologique, abarcó más de veinte volúmenes, mostrando su insaciable curiosidad y pasión por el conocimiento.

Aunque el nombre de Louis-Sébastien Lenormand no sea tan conocido como el de otros grandes inventores, su valentía y visión lo colocan en un lugar especial en la historia.

Fue más allá del diseño teórico y demostró con su propia vida que el paracaídas podía ser una herramienta funcional. Su legado no solo marcó un punto de inflexión en la aviación, sino que también dejó una lección: el verdadero ingenio no solo radica en imaginar, sino en atreverse a realizar.

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