El incendio forestal en Pacific Palisades, alimentado por los poderosos vientos de Santa Ana, ha arrasado el oeste de Los Ángeles, destruyendo viviendas, dejando a más de 30,000 personas bajo órdenes de evacuación y poniendo en riesgo 13,000 estructuras.
Este desastre, descrito como uno de los peores en la última década para la región, comenzó este martes 8 de enero a media mañana y ha provocado caos en las comunidades afectadas.
El fuego avanzó rápidamente por las colinas de Pacific Palisades, un vecindario conocido por sus residencias de lujo y su proximidad a las montañas de Santa Mónica.
Para el martes por la noche, había consumido aproximadamente 11.6 kilómetros cuadrados (4.6 millas cuadradas) de terreno, mientras las autoridades luchaban por contenerlo.

El factor principal del incendio…
Los vientos de Santa Ana, que llegaron a alcanzar ráfagas de 160 km/h (100 mph) en algunas áreas, complicaron significativamente los esfuerzos de contención.
Según el Servicio Meteorológico Nacional, esta tormenta de vientos podría ser la más fuerte que haya afectado el sur de California en más de una década.
Las condiciones meteorológicas no solo avivaron las llamas, sino que también representaron un peligro para las zonas circundantes, especialmente aquellas que no han recibido lluvias significativas en meses.
Las autoridades advirtieron que los vientos podrían intensificarse aún más durante la noche, aumentando el riesgo de propagación del fuego.
Evacuaciones masivas por el incendio…
La rápida propagación del incendio dejó a miles de residentes sin tiempo para planificar su evacuación, el tráfico en Palisades Drive, una de las principales rutas de escape, quedó completamente bloqueado, obligando a muchos a abandonar sus vehículos y huir a pie.
Según el Departamento de Bomberos de Los Ángeles, una excavadora tuvo que ser utilizada para mover autos abandonados y despejar el camino para los vehículos de emergencia.
Kelsey Trainor, una residente de la zona, describió la desesperación vivida a medios de prensa: «El fuego saltó de un lado de la carretera al otro. Las personas salían de sus coches con sus perros, bebés y bolsas, llorando mientras la ceniza caía a su alrededor.»
Viviendas consumidas por las llamas…
En las áreas más afectadas, el fuego destruyó casas multimillonarias mientras los helicópteros arrojaban cargas de agua desde el cielo.
Un periodista de video de Associated Press reportó haber visto el techo y la chimenea de una casa en llamas, mientras que otra residencia ardía completamente.
El vecindario de Pacific Palisades incluye calles en laderas, con viviendas situadas muy cerca unas de otras, lo que favoreció la propagación del incendio.
La columna de humo producida por las llamas era visible en gran parte de Los Ángeles, extendiendo la preocupación entre las comunidades vecinas.

Respuesta ante la emergencia…
El gobernador de California, Gavin Newsom, declaró un estado de emergencia el martes, destacando la gravedad de la situación.
Durante una visita a la zona afectada, el gobernador describió en un comunicado el impacto como devastador, señalando que había visto “muchas estructuras destruidas” por el fuego.
Más de 28,000 hogares quedaron sin electricidad debido a cortes preventivos realizados por las empresas de servicios públicos, mientras que otros 15,000 clientes experimentaron interrupciones deliberadas para evitar que el equipo eléctrico generara más incendios. En total, medio millón de personas están en riesgo de perder el suministro eléctrico en las próximas horas.
Otros incendios…
A unos 40 kilómetros al noreste, en Altadena, otro incendio alcanzó unas 162 hectáreas (400 acres) el martes por la noche, provocando órdenes de evacuación adicionales.
Las autoridades cerraron partes de la Interestatal 10 y de la pintoresca Pacific Coast Highway para facilitar los esfuerzos de evacuación y garantizar la seguridad de los residentes.
El incendio de Pacific Palisades es un recordatorio de los desafíos que enfrenta California debido al cambio climático y las condiciones meteorológicas extremas.
La falta de lluvias, combinada con los fuertes vientos, crea un entorno ideal para la propagación de incendios forestales.
Las autoridades advirtieron que lo peor podría estar por venir, ya que se esperan vientos aún más fuertes entre las 10 p. m. del martes y las primeras horas del miércoles.
El incendio de Pacific Palisades sigue siendo un peligro activo, con miles de personas desplazadas y equipos de emergencia trabajando sin descanso para controlar las llamas.
Las comunidades afectadas enfrentan no solo la pérdida de viviendas, sino también la incertidumbre de lo que vendrá en los próximos días. Las autoridades instan a todos los residentes en áreas de riesgo a mantenerse alertas y seguir las órdenes de evacuación.
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