El presidente de Estados Unidos (EE.UU), Joe Biden, ha tomado una medida histórica al retirar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, una decisión que ha tenido repercusiones internacionales. La noticia fue recibida con gran expectación, y el gobierno chileno, encabezado por el presidente Gabriel Boric, no tardó en manifestar su respaldo. La postura chilena subraya el impacto positivo de esta acción sobre los derechos humanos y las relaciones internacionales en la región.

EE.UU. y el cambio en la política hacia Cuba
La administración Biden ha anunciado que Cuba ya no será considerada un patrocinador del terrorismo internacional. Esta medida, que forma parte de un acuerdo más amplio, busca promover la liberación de prisioneros políticos en la isla, en particular aquellos detenidos tras las protestas de julio de 2021.
En su comunicado, el gobierno de EE.UU. justifica la retirada señalando que la dictadura castrista no ha apoyado actividades terroristas en los últimos seis meses y que ha dado garantías de no hacerlo en el futuro. De esta manera, revierte la decisión tomada por su predecesor, Donald Trump, quien había reincorporado a la habana en esta lista en 2021.
Chile celebra la medida como un avance significativo
El gobierno chileno, como ministro de Relaciones Exteriores, Alberto van Klaveren, celebró el anuncio de Biden a través de una publicación en X. En un mensaje a través de redes sociales, el canciller chileno expresó: “Celebramos la decisión de EE. UU. de retirar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo. Este hito hace justicia y es una significativa señal”. Van Klaveren destacó que este paso es relevante no solo para las relaciones internacionales, sino también para quienes luchan por el respeto a los derechos humanos en la habana. La decisión tiene el potencial de desbloquear transacciones internacionales y facilitar el acceso a la isla a financiamiento global, lo que podría aliviar la grave crisis económica que enfrentan.

El impacto de la liberación de presos en la isla y la postura chilena
La retirada de Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo se acompaña de un acuerdo que incluye la liberación de 553 prisioneros, según informó el gobierno cubano. Entre los excarcelados se encontrarían manifestantes y defensores de derechos humanos, muchos de ellos detenidos durante las protestas de 2021.
Este gesto fue interpretado como un avance hacia el respeto de los derechos civiles en Cuba. El gobierno chileno, que había solicitado esta medida en noviembre de 2023 durante una reunión entre Boric y Biden, considera que avanzar en la eliminación de sanciones contribuirá a mejorar la calidad de vida en la isla.
El contexto regional y las expectativas futuras
La medida de Biden ha sido ampliamente respaldada por otros gobiernos de la región, incluidos México y Colombia, que también habían abogado por la retirada de Cuba de la lista negra. Aunque el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, calificó la decisión de “correcta”, también la consideró insuficiente, ya que persisten las sanciones económicas impuestas a la isla. En este sentido, la reacción del gobierno chileno refuerza la idea de que el diálogo y las medidas de desescalamiento pueden ser la vía para mejorar la situación en Cuba, tanto en términos de derechos humanos como económicos.
Con esta decisión, Biden cierra un ciclo en su política hacia Cuba, mientras que los países de la región, incluidos Chile, esperan que el acuerdo marque el inicio de una nueva etapa en las relaciones hemisféricas.
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