La población de Gaza celebró el miércoles 15 de enero el preacuerdo de alto el fuego alcanzado entre Israel y Hamás, tras más de 15 meses de devastadores ataques que han dejado más de 45.000 muertos. Aunque la noticia fue recibida con entusiasmo en las calles del enclave palestino, la situación sigue siendo incierta, ya que quedan numerosos puntos por resolver antes de que el acuerdo se materialice de forma definitiva.
Biden y su papel crucial en las negociaciones
El presidente estadounidense, Joe Biden, ha jugado un papel fundamental en la mediación del acuerdo de alto el fuego en Gaza. A través de sus enviados, Biden ha impulsado las negociaciones, que se encontraban en una etapa crucial. Según fuentes de la Casa Blanca, el gobierno de Biden ha trabajado con urgencia para asegurar que el acuerdo avance y se concrete, destacando que las partes están más cerca que nunca de cerrar un pacto.

Biden ha subrayado la importancia de la liberación de los rehenes israelíes y el alto el fuego como pasos esenciales para poner fin a la violencia. Las negociaciones han contado con la participación activa de representantes de los gobiernos de Trump y Biden, lo que ha sido clave para avanzar en los detalles del acuerdo.
Las tres fases del acuerdo de alto el fuego en Gaza
El acuerdo, negociado con la mediación de Qatar, Egipto y Estados Unidos, establece un alto el fuego en tres fases.
Fase 1: Tregua inicial de seis semanas
La primera fase consiste en una tregua de seis semanas. Durante este tiempo, Hamás liberará a 33 rehenes israelíes, y a cambio, Israel liberará a prisioneros palestinos. Además, Israel permitirá el ingreso de ayuda humanitaria y combustible a Gaza, y facilitará el regreso de los desplazados. También se abrirá el paso de Rafah para que personas enfermas o heridas puedan recibir atención médica.
Fase 2: Liberación de todos los rehenes y fin de la guerra
En la segunda fase, se buscará la liberación de todos los rehenes israelíes restantes, mientras que Israel liberará a varios cientos de prisioneros palestinos. No se liberará a los combatientes de Hamás responsables de los ataques del 7 de octubre. Israel también reducirá su presencia militar en Gaza, aunque mantendrá algunas zonas bajo control.
Fase 3: Reconstrucción de Gaza
La tercera fase del acuerdo se centra en la reconstrucción de Gaza, que ha quedado prácticamente destruida por los bombardeos. Con más de la mitad de las estructuras del enclave destruidas, la ONU estima que la recuperación podría tardar hasta 16 años y costar alrededor de 50.000 millones de dólares. Sin embargo, este punto sigue siendo un tema conflictivo, ya que Israel insiste en mantener el control de la seguridad en Gaza, mientras que Hamás y la Autoridad Palestina (AP) tienen diferencias sobre quién debe gobernar el territorio.
Incertidumbre ante un futuro incierto
Aunque las celebraciones en Gaza reflejan una mezcla de esperanza y rabia, la población sigue viviendo con un temor constante a que el alto el fuego se rompa. Con una guerra que ha dejado profundas heridas en la sociedad gazatí, muchos temen que el acuerdo no sea más que una pausa temporal en un conflicto que lleva décadas sin resolverse.
A medida que el acuerdo se formalice, la población gazatí seguirá enfrentando un futuro incierto, mientras la comunidad internacional observa de cerca los próximos pasos en este frágil proceso de paz.
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