Observatorio Paranal

Observatorio Paranal en peligro: megaproyecto industrial amenaza los cielos más estrellados de Chile

En pleno desierto de Atacama en el Observatorio Paranal, donde la oscuridad y estabilidad del cielo han hecho posible algunos de los descubrimientos astronómicos más importantes de nuestra época, un megaproyecto industrial amenaza con alterar este frágil ecosistema astronómico.

El proyecto INNA, promovido por la empresa AES Andes, contempla una planta de generación de energía de 3.000 hectáreas, ubicada en las cercanías del Observatorio Paranal, una de las instalaciones más avanzadas del mundo operada por el Observatorio Europeo Austral (ESO).

La comunidad científica ha alzado su voz en contra de este proyecto, alertando sobre los graves riesgos que representa para la observación astronómica.

La amenaza principal radica en la contaminación lumínica que podría afectar la capacidad de los telescopios para captar las luces más débiles del universo. Además, las condiciones atmosféricas podrían verse comprometidas por la instalación de parques eólicos y otros elementos del complejo industrial.

Observatorio Paranal
Créditos a ESO.org

Una alarma desde la comunidad astronómica

La alerta fue encendida por la astrónoma chilena María Teresa Ruiz, quien publicó una carta en el diario El Mercurio en la que expresó su preocupación por el impacto del proyecto.

“Las aguas estaban demasiado tranquilas, y pensé que lo mejor era escribir para que se tomara conciencia”, comentó Ruiz.

Su mensaje pronto generó eco en figuras como el astrónomo José Maza, Premio Nacional de Ciencias Exactas, y Bernardita Ried, astrofísica chilena y exalumna de Ruiz, quien está realizando un doctorado en la Universidad de Stanford.

El impacto de la carta de Ruiz fue inmediato. Diversos científicos, tanto en Chile como en el extranjero, comenzaron a organizarse para frenar el avance del proyecto en su ubicación propuesta.

Bernardita Ried, por ejemplo, realizó seminarios y publicaciones en redes sociales para sensibilizar a la opinión pública. Un video que publicó en Instagram alcanzó a más de 21.000 personas, mientras que otro de la astrónoma Teresa Paneque logró impactar a cuatro millones de usuarios con el mensaje: “Chile pierde sus estrellas”.

Observatorio Paranal
Créditos a Tripadivisor

Un dilema de desarrollo y conservación

El proyecto INNA representa una inversión histórica para la región de Antofagasta, estimada en 10.000 millones de dólares.

Este megaproyecto cerca del Observatorio Paranal forma parte de los esfuerzos por promover energías renovables, incluyendo la producción de hidrógeno verde. Sin embargo, los científicos insisten en que el desarrollo industrial debe ser compatible con la preservación de los cielos oscuros de Chile, considerados un recurso único y no renovable.

Eduardo Unda-Sanzana, director del Centro de Astronomía de la Universidad de Antofagasta, señaló que el problema no radica en el proyecto de energía en sí, sino en su ubicación.

“Queremos que el debate no solo se centre en los observatorios de la ESO, sino en el efecto sobre los cielos oscuros de Chile”, dijo. Esta opinión es compartida por Alejandro Sánchez de Miguel, astrofísico de la Universidad Complutense de Madrid, quien enfatiza que “los observatorios no se pueden trasladar; en cambio, los proyectos industriales sí”.

ESO y otros actores han propuesto reubicar las instalaciones del proyecto al menos 50 kilómetros al sur, en la Reserva Eólica de Taltal, una zona que presenta condiciones más favorables tanto para la generación de energía como para la preservación del entorno astronómico.

Una lucha por el futuro de la ciencia

La relevancia del Observatorio Paranal trasciende las fronteras chilenas. Sus telescopios han permitido estudiar el amanecer del universo, las primeras galaxias y los agujeros negros, aportando datos clave para comprender el origen de la vida en la Tierra.

La astrónoma Teresa Paneque destacó que “el punto de vista científico está puesto sobre cómo actuará el Estado de Chile y cómo se protegerán estos laboratorios naturales que son el ojo del planeta para observar el universo”.

La participación ciudadana también jugará un papel crucial. Según el subsecretario de Ciencia, Cristián Cuevas, el proceso de evaluación ambiental incluye consultas con comunidades y agentes involucrados. Sin embargo, los científicos insisten en que las acciones deben ser inmediatas para evitar daños irreversibles.

Llamado a la acción…

María Teresa Ruiz, quien exploró por primera vez el cerro Paranal en los años noventa, recuerda con nostalgia ese paisaje inhóspito y marciano, ideal para la observación astronómica.

Hoy, la comunidad científica y la opinión pública enfrentan un desafío histórico: proteger uno de los cielos más oscuros del mundo y garantizar que las futuras generaciones puedan seguir mirando las estrellas desde este rincón privilegiado del planeta.

 

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