La cantante y artista Mon Laferte ha generado controversia en torno a su exposición «Te amo. Mon Laferte Visual» en el Parque Cultural de Valparaíso (PCdV), especialmente tras una carta firmada por más de 500 artistas visuales que criticaban la presencia de «figuras del espectáculo» como ella en los espacios culturales. En respuesta a estas críticas, Mon Laferte compartió un video en sus redes sociales, donde reflexiona sobre su vida, su arte y su lugar en el mundo de la cultura.
Una vida marcada por la lucha y la creatividad
En el video, Mon Laferte abre una ventana a su vida personal, narrando los difíciles momentos que ha vivido, desde su infancia marcada por el abuso y la pobreza, hasta sus luchas internas con la depresión y la adicción. La artista reveló cómo el arte visual ha sido su refugio y su salvación a lo largo de los años, particularmente en momentos cuando la música no le brindaba consuelo. «La pintura me salvó de toda la mierda que tuve que pasar», expresó, destacando la importancia de su obra como una válvula de escape ante las adversidades que enfrentó, como el cáncer de tiroides y los problemas emocionales.
El desafío de ser artista
Una de las declaraciones más contundentes de Mon Laferte en su video fue sobre su derecho a llamarse artista, pese a no tener estudios formales en arte. La cantante, quien no tiene título universitario ni formación académica en las artes visuales, compartió su perspectiva sobre cómo la necesidad y la lucha le enseñaron a ser creativa. «¿Cómo se gana una el derecho de llamarse artista? ¿Naces, te haces, lo compras?», reflexionó, recordando que la creatividad y el deseo de expresarse fueron sus mayores motivadores para seguir adelante en un mundo donde muchos de sus críticos tienen un perfil académico mucho más tradicional.
Mon Laferte también abordó las críticas hacia su presencia en los espacios culturales, especialmente por parte de artistas visuales que consideran que figuras como ella tienen una «ventaja» por su fama. La cantante reconoció que, si bien a veces duda de su arte, también tiene claro que el esfuerzo y la pasión que le pone a su trabajo la hacen merecedora de un lugar en la escena cultural. «Si esto se trata de meritocracia, entonces yo me lo merezco todo», afirmó con firmeza, añadiendo que, aunque a veces sienta que su arte no es suficiente, lo sigue compartiendo con humildad y respeto.
Una declaración de autenticidad y empoderamiento
Mon Laferte cerró su mensaje con una poderosa declaración sobre su identidad y su lugar en el mundo del arte. «No soy mejor que nadie, el arte es subjetivo», dijo, destacando la autenticidad de su trabajo, el cual se nutre de su ser más primitivo y visceral. «Yo no ando queriendo ocupar el espacio de nadie, pero tampoco voy a andar disculpándome por ocupar el mío», expresó, reivindicando su derecho a ser parte de la conversación cultural sin pedir permiso.
Con este video, Mon Laferte no solo responde a las críticas sobre su exposición en Valparaíso, sino que también reafirma su derecho a crear y a ser reconocida por su arte. A través de su historia, llena de desafíos personales, demuestra que el arte no solo es una forma de expresión, sino también una herramienta de sanación y empoderamiento.
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