A 49 años del golpe de Estado de 1976, Argentina fue testigo de una movilización masiva en defensa de los derechos humanos y en rechazo al negacionismo de la dictadura. Miles de manifestantes se congregaron en la Plaza de Mayo bajo la histórica consigna de Memoria, Verdad y Justicia, reafirmando la lucha por la verdad y la justicia en un contexto político marcado por la controversia.
Una movilización multitudinaria por la memoria en Argentina
Sindicatos, partidos políticos, organizaciones de derechos humanos y ciudadanos autoconvocados marcharon para recordar a los 30.000 desaparecidos y exigir justicia. La presencia de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo fue central en la manifestación, que avanzó entre pancartas, cánticos y una enorme bandera con los rostros de las víctimas de la dictadura. Sin embargo, vallas policiales impidieron el acceso a la Casa Rosada, lo que generó críticas por parte de los organizadores.
Rechazo al negacionismo y crítica al modelo económico de Argentina
El gobierno de Javier Milei ha generado polémica al negar la cifra de los 30.000 desaparecidos y promover una narrativa de «memoria completa» que relativiza los crímenes de la dictadura. En respuesta, los manifestantes denunciaron que los mismos grupos económicos que se beneficiaron en aquel período hoy obtienen ganancias bajo el actual modelo de gobierno, al que calificaron como un sistema de «miseria y exclusión».
El legado de las Abuelas de Plaza de Mayo
Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, reafirmó el compromiso con la búsqueda de los nietos y nietas apropiados durante la dictadura. Hasta la fecha, se ha logrado restituir la identidad de 139 personas, pero aún queda un largo camino por recorrer para encontrar a cerca de 300 personas más.
Nunca más: un compromiso vigente
La jornada reafirmó el compromiso de la sociedad argentina con la memoria y la justicia. Como expresaron los manifestantes: «El nunca más debe ser definitivo», asegurando que la historia no se repita y que las nuevas generaciones continúen defendiendo los derechos humanos.
La movilización de este 24 de marzo deja en claro que la lucha por la memoria sigue más vigente que nunca, en un contexto político desafiante donde las voces de las víctimas y sus familias siguen exigiendo justicia.
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