La posibilidad de reintegrarse al mundo del e-commerce y la expansión a otros sectores forman parte de las metas en el horizonte de un negocio de más de 40 años de tradición.
En el ámbito farmacéutico, es difícil pensar en Rancagua sin pensar en La Botica Anich. Una farmacia que con más de 40 años de trayectoria en el corazón de la capital de O’Higgins, permanece más viva que nunca, con tres locales al servicio de los rancagüinos.
Ese es el compromiso de su fundador, Mario Anich, que desde 1984 se encuentra al mando del negocio, y que anticipa más y mejores metas para el futuro de la emblemática farmacia familiar, un clan que desde 1915 es sinónimo de comercio rancagüino.
Un negocio con identidad local La Botica Anich
La Botica Anich ha logrado consolidarse en un mercado altamente competitivo, manteniendo su esencia de cercanía y servicio personalizado. «En los 80′ aparecieron las primeras farmacias de cadena, y nosotros empezamos a dar la pelea en buenos términos. Conseguimos bajos precios y competimos de igual a igual hasta el día de hoy, pero con una identidad mucho más cercana y local», comenta Mario Anich.
A lo largo de cuatro décadas, La Botica Anich ha evolucionado y se ha adaptado a las nuevas necesidades del mercado, sin perder su carácter familiar. «El año pasado cumplimos 40 años y si bien estoy vigente, me interesa ‘pasar la antorcha’ a una nueva generación. Uno de mis hijos es químico-farmacéutico y seguirá esta tradición familiar. Él viene con buenas ideas, con ganas de crecer y hacer cosas nuevas», destacó.
El regreso del e-commerce y la expansión
Uno de los desafíos que se plantea la farmacia en el corto plazo es su regreso al comercio electrónico. «Nosotros tuvimos una experiencia en e-commerce, asociándonos a una plataforma. Actualmente no lo estamos dando, pero queremos volver desde una plataforma de venta propia. Eso lo haremos pronto», señala el fundador.
En paralelo, el crecimiento físico también está en la mira de la farmacia. «Hemos estado explorando también la posibilidad de buscar algún nuevo local, y vemos con interés el sector oriente de nuestra ciudad y, por qué no, la comuna de Machalí. Está en estudio, pero lo estamos pensando seriamente por la importancia de llegar a todos los lugares», explicó.

Un legado de confianza y gratitud
A pesar de la evolución y los cambios en el mercado, el éxito de La Botica Anich sigue estando ligado a su relación con la comunidad rancagüina. «Si no fuera por el público que ha sido tan fiel durante estos 40 años, no seríamos lo que somos hoy. Siempre hemos querido destacarnos en servicio, buenos precios y buen surtido. Pero es la gente de Rancagua a la que hay que agradecer por seguir junto a nosotros», concluye Mario Anich.
Con una trayectoria que se proyecta al futuro, pero sin dejar de lado su compromiso con la comunidad de Rancagua en sus sucursales de calles Brasil, Bueras e Independencia, La Botica Anich reafirma su compromiso con la ciudad y su gente, demostrando que la tradición y la innovación pueden ir de la mano en el desafiante y siempre creciente mundo de la farmacia.
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