Beyoncé demostró una vez más por qué es una de las artistas más influyentes del mundo con el arranque de su esperada gira Cowboy Carter and the Rodeo Chitlin’ Circuit, que tuvo lugar este lunes en el SoFi Stadium de Inglewood, Los Ángeles.
Con un espectáculo de casi tres horas, la cantante ofreció una experiencia visual y sonora que fue mucho más que un simple concierto: fue una celebración de la cultura negra del sur de Estados Unidos, de la libertad artística y de su identidad familiar.
Un espectáculo lleno de poder, simbolismo y emociones
Vestida con un llamativo body blanco con flecos, Beyoncé abrió el show con “American Requiem”, en medio de efectos pirotécnicos y visuales impactantes que incluían ataúdes cubiertos con la bandera estadounidense y el potente mensaje: “La historia no se puede borrar”. En otro momento, la artista apareció con un fajín que leía “Reclamación de América”, reafirmando el carácter político y simbólico de la gira.
A lo largo de la noche, Beyoncé interpretó alrededor de 35 canciones, con una selección que abarcó varias etapas de su carrera: desde éxitos de I Am… Sasha Fierce (2008), pasando por Renaissance (2022), hasta lo más reciente de su aclamado álbum Cowboy Carter (2024).
Un homenaje a su familia y sus raíces
Uno de los momentos más emocionantes del show fue la participación de sus hijas. Blue Ivy Carter, de 13 años, bailó junto a su madre durante “America Has a Problem”, mientras que la pequeña Rumi, de solo 7, apareció durante “Protector”, reforzando el componente íntimo y familiar del concierto.
“Gracias por darme la libertad creativa para desafiarme a mí misma. Gracias a todos por su apoyo. Significa tanto, tanto”, dijo Beyoncé, dirigiéndose a su público con gratitud tras interpretar su versión del clásico “Blackbird”, de The Beatles.
Un despliegue escénico digno de Beyoncé
Desde volar suspendida en una herradura gigante hasta cantar sobre un toro mecánico o frente a un piano en llamas, la producción fue tan espectacular como innovadora. Incluso un robot apareció para servirle un vaso de whisky, fusionando la estética western con elementos futuristas.
El cierre fue tan emotivo como poderoso, con las canciones “16 Carriages” y “Amen”, que marcaron el final de una noche inolvidable.
Entre los asistentes destacados a la noche inaugural estuvieron Oprah Winfrey, Tyler Perry y Gayle King, quienes presenciaron el regreso triunfal de la diva al escenario.
La gira continuará su recorrido por Estados Unidos, con la próxima fecha programada para el 15 de mayo en Chicago.
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