En su último discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), el presidente Gabriel Boric realizó un anuncio que marcó la jornada diplomática del 23 de septiembre de 2025: la nominación oficial de la expresidenta Michelle Bachelet como candidata a secretaria general del organismo internacional. La noticia generó repercusión tanto en Chile como en la esfera internacional, al tratarse de la primera vez que una mujer latinoamericana aspira con posibilidades reales a liderar la ONU.
Un anuncio histórico
Boric sostuvo que “es el tiempo de América Latina y el Caribe” y destacó que, en los 80 años de existencia de la ONU, nunca una mujer ha ocupado el cargo más alto. Según el mandatario, la postulación de Bachelet busca responder a ese desequilibrio de género, pero también ofrecer liderazgo en tiempos de crisis global. “El liderazgo de Michelle Bachelet puede devolver a Naciones Unidas credibilidad, eficacia y propósito”, afirmó el presidente.
La expresidenta, que estuvo presente en el plenario, agradeció la confianza y señaló que la candidatura “no es un proyecto personal”, sino un compromiso con la región y con el mundo.
La trayectoria internacional de Bachelet
Michelle Bachelet, de 73 años, cuenta con una extensa carrera política y diplomática. Fue presidenta de Chile en dos períodos (2006-2010 y 2014-2018), ministra de Salud y de Defensa, y en el plano internacional ejerció como la primera directora de ONU Mujeres (2011-2013) y como Alta Comisionada de Derechos Humanos (2018-2022).
De ser electa, se convertiría en la primera mujer en la historia en encabezar la ONU y en la segunda persona latinoamericana en hacerlo, tras el peruano Javier Pérez de Cuéllar (1982-1991).
Competencia y desafíos regionales
La carrera por la secretaría general no será sencilla. Actualmente, el diplomático portugués António Guterres dejará el cargo en 2026 y ya se perfilan varios aspirantes. Entre ellos, el argentino Rafael Grossi, actual director del Organismo Internacional de Energía Atómica; la mexicana Alicia Bárcena, secretaria de Medio Ambiente; y la costarricense Rebeca Grynspan, exvicepresidenta de su país.
Analistas coinciden en que uno de los principales desafíos de Bachelet será obtener un consenso dentro de América Latina, ya que varios países de la región podrían preferir respaldar a sus propios candidatos. A eso se suma la necesidad de asegurar apoyos en el Consejo de Seguridad de la ONU, clave en la designación.
Contrincantes en la carrera por la ONU
La competencia por la secretaría general de la ONU será intensa. El portugués António Guterres dejará el cargo en 2026 y varios nombres ya suenan como posibles sucesores:
- Rafael Grossi (Argentina): actual director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), con reconocimiento en la diplomacia nuclear.
- Alicia Bárcena (México): secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales y ex secretaria ejecutiva de la CEPAL, con trayectoria en desarrollo sostenible.
- Rebeca Grynspan (Costa Rica): secretaria general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) y exvicepresidenta costarricense.
Además, podrían sumarse candidatos de Europa del Este y África, ya que algunos bloques presionan para que la próxima secretaría se defina fuera de Occidente. Analistas señalan que uno de los principales desafíos de Bachelet será obtener apoyo unificado dentro de América Latina, ya que la existencia de varios postulantes de la región podría dispersar los respaldos.
Reacciones en Chile y el extranjero
En Chile, el anuncio provocó inmediatas reacciones. Sectores de la centroizquierda valoraron la nominación, viéndola como una oportunidad histórica para la región. Incluso candidaturas presidenciales, como la de Jeannette Jara, expresaron respaldo explícito. Sin embargo, desde la oposición surgieron críticas, señalando que el actual gobierno no debería comprometer al país en una decisión que tendrá efectos más allá de su mandato.
En el plano internacional, la postulación fue vista como un movimiento estratégico que refuerza la visibilidad de América Latina en los foros globales y responde a una demanda transversal por mayor equidad de género en los liderazgos internacionales.
Otros puntos destacados del discurso de Boric
Más allá de la candidatura de Bachelet, Boric abordó temas centrales de la agenda internacional. Condenó lo que calificó como “genocidio” en Gaza, reiterando su llamado a que los responsables, incluido el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, comparezcan ante un tribunal internacional. También criticó la invasión rusa a Ucrania y alertó sobre el avance de discursos negacionistas en torno al cambio climático. Asimismo, defendió el rol de la ONU como espacio de diálogo multilateral y llamó a fortalecer la cooperación internacional en materia de democracia, justicia social y derechos humanos. “Chile quiere contribuir activamente a este esfuerzo colectivo”, señaló.
Una candidatura con impacto global
El anuncio de Boric no solo representa una apuesta política, sino también un gesto hacia la comunidad internacional. Al presentar a Bachelet como candidata, el mandatario cerró su etapa en Naciones Unidas con un mensaje de proyección regional y de defensa del multilateralismo. El proceso de selección se extenderá hasta 2026 y estará marcado por negociaciones intensas en distintos bloques de poder. Mientras tanto, la postulación de Bachelet sitúa a Chile en el centro del debate sobre el futuro de la ONU y abre una nueva página en la historia de la política internacional latinoamericana.
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