El mundo de la medicina estética está viviendo una revolución silenciosa: el secreto para rejuvenecer sin alterar la esencia del rostro ha capturado la atención de expertos y pacientes por igual.
Hablamos de los polinucleótidos, un tratamiento que promete revitalizar la piel de manera natural, sin modificar los rasgos faciales. Esta tendencia, que se consolidará en 2025, se presenta como la opción más efectiva y segura para quienes buscan resultados sutiles y duraderos, sin recurrir a procedimientos invasivos o artificiales.
Los polinucleótidos no solo rejuvenecen, sino que lo hacen de manera tan natural que los resultados son casi imperceptibles, dejando una apariencia más joven y fresca sin alterar la estructura del rostro.
Aunque el concepto adquirió gran notoriedad a principios de 2024 gracias a Kim Kardashian, quien lo popularizó al mencionar «esperma de salmón» en su reality show, es fundamental aclarar que lo que realmente se utiliza no es ese componente, sino una sustancia derivada del ADN de salmón.
Este ADN posee propiedades regenerativas excepcionales que están revolucionando la medicina estética.
El secreto de los polinucléotidos…
Los polinucleótidos se destacan por su capacidad para regenerar la piel sin modificar su estructura o volumen. Según la Dra. Gema Pérez Sevilla, experta en medicina estética facial, «los polinucleótidos son la punta de lanza de la medicina regenerativa, un campo que busca estimular los procesos naturales de reparación celular sin recurrir a métodos invasivos ni a productos externos».
En términos simples, los polinucleótidos son moléculas formadas por cadenas de nucleótidos, los componentes básicos del ADN y ARN. Su uso comenzó en el ámbito de la medicina para la regeneración de tejidos y la cicatrización de heridas, pero a medida que se investigaban sus propiedades, se descubrió su enorme potencial en la estimulación de la producción de colágeno, elastina y ácido hialurónico en la piel.
De la cura de heridas al rejuvenecimiento facial…
La historia de los polinucleótidos en la medicina estética tiene sus raíces en los años 90, cuando comenzaron a utilizarse en tratamientos para mejorar la cicatrización de heridas.
En la década de los 2000, su potencial para estimular los fibroblastos, las células responsables de la producción de colágeno, fue reconocido. Fue en 2010 cuando este tratamiento dio el salto al mundo de la estética en países como Italia y Corea del Sur.
Sin embargo, no fue hasta 2015 cuando los polinucleótidos comenzaron a consolidarse en la medicina estética, especialmente en combinaciones con procedimientos como peelings y microneedling.
Hoy en día, los polinucleótidos son un referente en la medicina regenerativa, especialmente en la lucha contra el envejecimiento de la piel. «Los estudios clínicos más recientes confirman la efectividad de los polinucleótidos, y 2025 se perfila como el año en el que alcanzarán su máximo auge», afirma la Dra. Virtudes Ruiz, cirujana y experta en medicina estética.
¿Son Realmente “Esperma de Salmón”?
Una de las confusiones más comunes es la comparación de los polinucleótidos con el esperma de salmón, término popularizado por Kim Kardashian.
Sin embargo, este nombre es una exageración de lo que realmente es el tratamiento. Como aclara la Dra. María Vicente, cirujana estética, «no se trata de esperma, aunque sí proviene de las gónadas de salmón».
El ADN de este pez es altamente compatible con el ADN humano, lo que hace que los polinucleótidos derivados de él sean ideales para la regeneración celular de la piel.
El proceso de extracción del ADN de salmón se lleva a cabo de manera controlada y purificada, garantizando la seguridad del tratamiento.
Este ADN estimula la reparación celular, mejora la regeneración de tejidos y promueve la producción de colágeno y elastina, lo que resulta en una piel más firme y rejuvenecida.
¿Cómo Funciona el Tratamiento y Cuáles Son Sus Beneficios?
El tratamiento de polinucleótidos se administra mediante inyecciones finas, que se aplican en áreas específicas de la piel. Estas inyecciones estimulan la regeneración celular sin alterar la estructura facial, lo que significa que los resultados son naturales y no invasivos.
Se utiliza comúnmente en zonas como el área periocular (alrededor de los ojos), perioral (alrededor de la boca) y el tercio medio de la cara, así como en el cuello y escote para combatir la flacidez y las arrugas finas. También se aplica en la mejora de cicatrices y estrías.
Entre los beneficios más destacados de este tratamiento se encuentran:
Regeneración celular: Los polinucleótidos estimulan la producción de fibroblastos, mejorando la elasticidad y densidad de la piel.
Hidratación profunda: Atraen agua a las células, proporcionando volumen y mejorando la textura.
Antioxidantes: Neutralizan los radicales libres, previniendo el daño celular.
Mejora de cicatrices: Favorecen la cicatrización y mejoran el aspecto de las cicatrices existentes.
Reducción de la flacidez: Son una alternativa efectiva para combatir la flacidez y prevenir su aparición.
La Seguridad y Eficacia de los Polinucleótidos
Uno de los grandes atractivos de los polinucleótidos es su perfil de seguridad y al ser derivados de fuentes naturales y altamente biocompatibles, las reacciones adversas son mínimas.
Los efectos secundarios más comunes son temporales, como la hinchazón o enrojecimiento en el sitio de la inyección.
Según la Dra. Ruiz, “lo que más me gusta de los polinucleótidos es su capacidad de ofrecer resultados progresivos, más naturales y menos evidentes de inmediato, lo que les da un toque de sutileza que no se ve en otros tratamientos”.
Su versatilidad y bajo riesgo de complicaciones hacen de este tratamiento una opción atractiva para una amplia variedad de pacientes.
A medida que el tratamiento gana popularidad y se profundiza en su investigación, todo apunta a que los polinucleótidos estarán entre los favoritos en las consultas de medicina estética, ofreciendo una alternativa natural y eficaz a los procedimientos invasivos y a los tratamientos de relleno tradicionales.
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