El Departamento de Defensa de los Estados Unidos ha implementado una nueva directiva que endurece las restricciones para las personas transgénero en el servicio militar. Esta política surge en respuesta a un decreto firmado por Donald Trump en enero, que establece que los miembros transgénero son incompatibles con el servicio militar.
Según un memorando oficial, aquellos miembros que tengan un diagnóstico actual o antecedentes de disforia de género podrán ser separados del servicio activo. Recordemos que esta era una promesa que Trump había realizado durante su campaña en las elecciones.
Restricciones estrictas para el servicio transgénero
El documento, implementado por Trump, especifica que el Departamento de Defensa solo reconoce dos sexos, masculino y femenino, y que todos los miembros del servicio deben adherirse a los estándares asociados con su sexo asignado al nacer. Para permanecer en el servicio, los militares transgénero deben demostrar 36 meses consecutivos de estabilidad sin angustia o deterioro clínico significativo, no haber intentado hacer la transición a otro género y cumplir con todos los estándares del servicio.
Impacto y reacciones de la decisión de Trump
Esta medida podría afectar a miles de militares transgénero en servicio. En 2018, un instituto independiente estimó que había aproximadamente 14.000 soldados trans en el ejército. La nueva política también prohíbe el uso de fondos del Departamento de Defensa para procedimientos quirúrgicos relacionados con la transición de género y terapias hormonales iniciadas recientemente.
El sargento mayor de la Fuerza Aérea, Logan Ireland, quien ha servido abiertamente como transgénero durante una década, rechazó la afirmación del Pentágono de que los miembros trans son incompatibles con el servicio militar. «Eliminarnos generaría brechas operativas que podrían tardar décadas en llenarse, afectando la preparación y eficacia de las fuerzas armadas», afirmó.
Contexto legal y controversia
El decreto ha generado críticas y demandas por parte de activistas y organizaciones de derechos humanos, que lo consideran una forma inconstitucional de discriminación sexual. La jueza federal Ana Reyes, quien preside una demanda contra la política, señaló que la medida podría estar «posiblemente llena de animosidad». Aún así, ha decidido posponer su fallo hasta analizar más argumentos legales.
Históricamente, una política similar implementada por Trump en 2017 generó múltiples demandas y fue bloqueada temporalmente por los tribunales federales. Sin embargo, en 2019 la Corte Suprema permitió su implementación sin resolver su constitucionalidad. Posteriormente, en 2021, el presidente Joe Biden revirtió la prohibición, permitiendo el servicio de personas trans en el ejército. La nueva normativa del Pentágono representa un giro más estricto respecto a las políticas anteriores.
A medida que el debate legal continúa, los miembros del servicio transgénero enfrentan incertidumbre sobre su futuro en las fuerzas armadas. La jueza Reyes celebrará otra audiencia el próximo mes, mientras que organizaciones y defensores de los derechos de las personas trans mantienen su lucha por la inclusión en el ejército estadounidense.
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